y la sonrisa a ver quién me la quita.
atrévanse y los atravieso con esta navaja, atrévanse a quitarme la sonrisa y me dejarán una más grande. tras terminar con otodo aquello que me recordaba a ti, no me quedó de otra... más que eliminarte a ti también, ya no quedaba mucho. Tras extinguir tu olor con 59 cigarros encendidos al mismo tiempo pude respirar otra vez sin asfixiarme, sin intoxicarme. Tras borrar del piso y trapear con sangre he dejado limpio de cualquier desperdicio tuyo, ha quedado impecable. He logrado que tu imagen plasmada en mi espejo se borrara y lo he roto en miles de pedazos, los he regado por el piso, ahora puedo caminar descalzo sin temor a sentir el calor de tus pies recién despegados del mosaico. He juntado todas tus mentiras y las he dicho una y otra vez, hasta saturar mi cabeza con ellas, ahora puedo pensar mejor, ahora no me estorbarán tus verdades, ahora no me estorbará tu realidad. También rompí y hasta quemé toda mi ropa, la que alguna vez tocaste, la que hiciste tuya, la desaparecí, camino ahora vestido con orgullo, sin ti.
Tomé tus manos, las apreté con tal fuerza que fue imposible evitar los gritos desesperados, las aplasté. tomé tus codos, me reía mientras los hacía doblar hacia el lado opuesto, disfrutaba mientras escuchaba tronar tus huesos. Tomé una de tus piernas, la mordí hasta hacerla sangrar, la dejé así, abierta, doliente. Tomé tu rostro, lo miré fijamente, lo detesté. Tomé tu rostro, evadí su mirada. Tomé tu rostro, te observé fijamente, agriamente, lo arrojé. Tomé tu rostro y lo apreté entre mis dedos. Rompi tu boca, después la besé. Tomé tu rostro... lo destrocé
no me pregunten ahora porqué tan sonriente, suban las escaleras, entren al cuarto verde y sabrán porqué tan sonriente... no olviden contarle a sus hijos... todos tenemos derecho a sonreir...
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