Thursday, January 31, 2008

DIARIO DE UN ANFITRIÓN Cervantino (4)


Miércoles 10 octubre 2007
0730 hs.
Habitación 1706 HFA

“Sé el primero en levantarte.” ¿Cómo voy a saber a qué hora se levantaron los demás como para levantarme antes que ellos?

0800 hs.
Desayuno.

Después de investigar el teléfono de Rafael Mendoza, bajo a desayunar. Me encuentro a Mauricio y Rebeca[1] y desayuno con ellos. Mi grupo no aparece por ningún lado y asumo que bajarán más tarde o que ya desayunaron y me siento irresponsable por no haberme levantado antes que ellos, aunque sigo sin entender el punto y la manera de lograrlo.


0830 hs.
Recepción HFA. Check out.

Uno por uno, bajan a entregar su llave y liquidar cualquier tipo de servicio que hayan solicitado, no incluido. Pongo excesiva atención a los nombres de las personas que van entregando su llave para poder así saber quién es quién. Memorizo que Paul es el técnico alegre y que Suzan es la mujer de Alemania, de cabello chino que se reía del joven de equipaje inspeccionado, el joven de equipaje inspeccionado me confirma que su nombre es Nicola Monaco cuando entrega la llave de la habitación 801.
Carlos Clavería me avisa que el banco no abrió a tiempo y que necesita un servicio de mensajería porque uno de los técnicos debe mandar un juego de llaves de manera urgente a Holanda. “Llegando a Guanajuato resolvemos eso, nos tenemos que ir puntuales. Viajamos con otro grupo. En Guanajuato investigamos en dónde puede enviar eso.”

0858 hs.
Estacionamiento del HFA

“Que les vaya muy bien.”
“Llamas o mandas un mensaje diciendo a dónde te podemos llamar si necesitas algo.”
“¡Mucha mierda!”
“Así se dice en teatro…”
“¿Ya están todos?”
“No olvides ir directamente con Mariana cuando llegues a Guanajuato para tu acreditación.”

0900 hs.
Autobús.

Todos abordo. Todos sentados. El chofer nos pregunta a Rebeca y a mí cuál de las dos películas queremos ver. Nos da la opción de ver Click[2] o Cicatrices[3]. Rebeca y yo pasamos saliva, nos volteamos a ver, vemos las películas y nos vemos de regreso. Decimos que nos da lo mismo y que no tiene mucho caso preguntar porque de todas maneras ni la van a ver, a los pocos segundo me arrepiento y regreso con el chofer para decirle “No sé cuál era la primera opción pero por favor no ponga Cicatrices.”


1142 hs.
Descanso.

Adam Sandler, o quien quiera que sea el actor de Click hizo su mayor esfuerzo por mantenernos entretenidos, pero llega el momento en que todo pasajero debe bajar a estirar las piernas. El chofer hace una parada de quince minutos. Inspirado por el nombre de la película, trato de hacer click con la compañía.

1230 hs.
“Juliancitoooooo” Autobús.

Click termina, gracias a Dios. Nacho Sánchez me pregunta si ya está arreglado todo para el traslado de la compañía al estudio y si ya sé qué habitación recibirá Eupremio, pues se solicitó previamente que se le diera una suite. Emio me pregunta cuánto falta para llegar e intenta estructurar la pregunta “¿Está cerca el estudio del hotel?” El chofer pregunta “¿Ya se terminó la película? ¿Quieren que ponga la otra?” Voy del asiento de Nacho al de Emio, al asiento de copiloto, al asiento de Nacho, al de copiloto, al de Emio, tratando de entender a qué se refieren con “estudio”, corrigiendo la gramática de Emio y evitando que el chofer ponga Cicatrices, me daría mucha vergüenza que un grupo de extranjeros viese la película y creyera que eso uno de nuestros mejores ejemplos de cine mexicano.
Nacho desespera porque quiere comunicarse cuanto antes con la gente de Guanajuato, cree que su asunto no puede ni debe esperar a que lleguemos al Hotel, se imagina que habrá todo un caos en el lugar y que será demasiado tarde si en ese momento llegamos a arreglar lo de un transporte para el auditorio del estado. Yo desespero porque Nora Salinas grita una y otra vez en la televisión por su hijo Juliancito, quien murió en algún accidente y Emio lee La Divina Comedia[4] en su idioma original.

1450 hs.
Holiday Inn Express.

Después de más de cinco horas de camino, dos películas muy malas y un receso de quince minutos, llegamos a Guanajuato, al Hotel sede del XXXV Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato. Emio es recibido con halagos. Los músicos cubanos esperan en el estacionamiento un camión que los lleve al hotel en donde ellos se quedaran, el Holiday Inn Express no es el hotel de todos.
Me acerco a una de las mesas que está llena de folletos y gacetas del festival y pregunto por Mariana Imerich, reaccionan sorprendidos y después con una risa que denota pena me dicen “Pregunta en la mesa de al lado, ellos te informan. Nosotros de eso no sabemos.” Yo me pregunto qué es lo que ellos saben, pero recuerdo que así como ellos hay muchas cosas que me han preguntado a las cuales he contestado con risa que denota pena por no saber.
Conozco a Miguel Ángel, un joven de 21 años que porta su gafete de anfitrión con orgullo y carga unos papeles apretándolos contra su pecho como estudiante de secundaria en los pasillos de la escuela.
Jorge: Disculpa, vengo con el grupo de…
Miguel Ángel: Ahorita no te puedo atender. (Agita las manos de un modo innecesario y se aleja de mí.)
Me presento con una mujer de cabello teñido y me dice “Él es el anfitrión de Emio Greco.” Señala a Miguel Ángel, quien se ha ido a sentar en uno de los sillones de la recepción. Asumo que eso ocupa mucho tiempo y eso le impedía atenderme. Llego a su lado para presentarme y se levanta con mucho apuro y corre al front desk para estorbarle a María de Jesús, quien habla con uno de los empleados del hotel. Alcanzo a Miguel.
Jorge: Soy el anfitrión de Emio Greco. Ya llegamos.
Miguel Ángel: Esperame tantito, tengo que entregar los cheques de comida. (Regresa al sillón, toma más papeles, una pluma y regresa al lado de Jorge.) ¿Me das chance? (Jorge se hace a un lado para que Miguel Ángel se recargue y pueda escribir en uno de los papeles.) Ahorita voy a ir entregando los cheques y me tienen que firmar.
Jorge: ¿Quieres que yo te firme de una vez?
Miguel Ángel: (Reaccionando con fastidio, casi regañando.) No, no, no, tú tienes que firmar en otra hoja, esta es para los participantes, tú firmas otra hoja.
Jorge: Bueno me avisas.
Me alejo del anfitrión guanajuatense, pensando que es lo mejor para los dos. Me presento con María de Jesús, me dice que la deje terminar la entrega de llaves. Reviso que todos reciban una llave y pregunto uno por uno qué habitación les tocó. Nacho Sánchez me dice que Pieter y Eupremio desean que sus habitaciones estén en el mismo piso.
[1] Anfitriona de un grupo de músicos cubanos.
[2] Click, Frank Coraci. Estados Unidos. (2006)
[3] Cicatrices, Paco del Toro. México. (2005)
[4] Divina Commedia. Dante Allighieri

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