Wednesday, November 21, 2007

Cervantino (2)


1800 hs.
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Doy vueltas y vueltas afuera de la terminal E3, esperando que de pronto aparezcan bailarines notoriamente europeos y contemporáneos para decirles “Welcome to Cervantino” pero no ocurre y desespero un poco. Reviso el celular para ver que no ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo revisé y que la llamada de Mauricio tiene tan solo veinte minutos de haber sucedido y que pasarían otros veinte más para que se cumplieran los cuarenta minutos que me prometió.

1830 hs.
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

La luz roja del semáforo de inspección de la terminal E3 hace que un hombre de unos veintitantos abra su equipaje; valija y estuche de instrumento musical, y muestre todo lo que lleva consigo, mientras una mujer de cabello chino le observa a distancia y bromea con él sobre lo que pueden encontrar en sus maletas. Me distraigo observándolos y me divierte la escena. Mauricio aparece a distancia con su corbata rosa y platica con alguien que carga también estuche de instrumento musical. Mauricio interrumpe la conversación, atraviesa las puertas de cristal, levanta la cabeza, parece buscarme con la mirada, me encuentra, señala a varias personas, después me señala a mí y ríe. Yo corro al encuentro del grupo y le doy la mano joven de equipaje inspeccionado, a la mujer de cabello chino que reía del joven de equipaje inspeccionado, doy la mano a la mujer de rasgos japoneses, al joven de boina, al otro joven de boina, al señor grande argentino, al joven que camina a su lado y habla con acento exageradamente español. Mauricio me dice “Faltan más, vienen con Miguel.” Señora con bolsa verde… no es del grupo… señor de mal humor… tampoco… niños que corren entre la gente tratando de golpearse con algo que no sé qué es… tampoco. Miguel con dos personas más… sí son del grupo: “Hello I am Jorge Luisillo, welcome to Mexico City.” Preguntas como “How was your flight?” “Are you hungry?” “Do you like Mexico?” me parecen completamente fuera de lugar y clichés de anfitrión primerizo y aunque efectivamente soy anfitrión primerizo me niego a ser un cliché. Mauricio me dice de una manera aún más formal “Jorge él es Nacho Sánchez, el tour manager del grupo.” Yo le saludo una vez más y él me dice de inmediato “Voy a necesitar una fotocopia de la bitácora que te dio el festival, ¿viste?” y en mi intento por ser efectivo, eficaz y servicial le digo que no hay problema… más tarde, los del cervantino, me dirán que sí lo hay.

1840 hs.
Traslado de la compañía del AICM al HFA

“¿Jorge? Avísales hasta qué hora pueden comer… pero dile a ellos ¿viste? ¿Hablas inglés? Habla con ellos[1].”


1915hs.
Hotel Fiesta Americana de Reforma.

Susana y Brenda[2] nos reciben en el hotel. Susana asigna las habitaciones y Brenda va diciendo los nombres de los bailarines, técnicos y managers en voz alta para entregar las llaves. Todos en el cervantino parecen esperar la llegada de: Emio y su gente, con tanta emoción que hacen mi trabajo, sin mayores motivos que el de tratar con la compañía holandesa, además de todos parecer en un apuro tremendo. Nacho insiste en la copia de la bitácora y me dice que debo darle un juego a Carlos Clavería, el joven de acento exageradamente español guiña un ojo y asumo que él es Carlos. Me queda claro quién es Vincent cuando Brenda dice en voz alta “Vinceeeent” y un joven de boina recibe su llave y le dice a Susana con un acento francésespañol: “Yo hablo español, Nico y yo hablamos español.” y señala al joven de equipaje inspeccionado, asumo entonces que él es Nico.
Susana me avisa que no tengo cuarto aún porque una mujer del “New London Consort” está durmiendo en el 1706[3] y no podré entrar sino hasta las 2200 hs. Pienso en las ganas que tengo de acostarme tres segundos, dejar mi maleta y mi computadora de una vez por todas en un lugar fijo, me imagino sin cuarto y cargando la lap top hasta las 2200 hs. y acto seguido digo “No hay problema. ¿Entonces seguro a las diez ya podré entrar a algún cuarto verdad? Mi maleta sigue en la recepción del hotel.” Susana se apena un poco y pregunta, aún más apenada “¿Te molestaría compartir cuarto con alguien?” Nacho Sánchez (a quien, en repetidas ocasiones, he estado a punto de decirle Nacho Cano) interrumpe para decir “Jorge, ¿tenés cómo fotocopiar la información? Porque si no la sacamos del lobby, lo importante es que tengamos los mismos datos, ¿viste?” Busco a Susana para decirle “Déjalo así, entro a mi cuarto hasta las diez.” Pero Susana ya no está. Nacho me pregunta, aún más apurado si el bar del hotel está abierto, yo le digo que me imagino que sí, él no parece muy contento con mi falta de información respecto a la venta de alcohol en el hotel. Brenda, quien lleva minutos tratando de entender qué hago ahí, finalmente me pregunta “¿Tú quién eres? ¿Vienes con el grupo?” Le digo que soy el anfitrión de Emio Greco y ella dice que eso no puede ser, que la anfitriona es una chica y yo le digo que sí puede ser y que el anfitrión soy yo, que la chica tuvo que cancelar. “¿Quieres que te ayude a revisar la bitácora y te explique algunas cosas?”
[1] Nacho Sánchez en el camino al HFA
[2] Anfitriona de “New London Consort”
[3] 1706 del HFA habitación de los anfitriones. Por lo menos una de las habitaciones.

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