Friday, August 07, 2009

mi primo lo rompió.

cosas estúpidas
de jorge david muñoz luisillo
fragmento

MIGUEL: ¿Sabes qué estaba pensando?
RICARDO: Sí.
MIGUEL: Qué tonto eres. Estaba pensando… ¿Por qué dijiste que sí? A ver, ¿qué estaba pensando?
RICARDO: (Molesto.) Obvio no sé. ¿Cómo voy a saber?
MGUEL: Olvídalo. Ya no te quiero contar.
RICARDO: Como quieras.
MIGUEL: ¿O sea que no te importa?
RICARDO: Pues no sé qué estabas pensando. ¿Cómo me va a importar? Ni modo que te diga “Ay cuéntame por favor”. A lo mejor es un tema que ni me interesa.
MIGUEL: Eso es lo que estaba pensando. Que las cosas que nos importan a nosotros y que nos pueden quitar el sueño por días, porque me lo han quitado, podrían no tener importancia para la persona con la que estamos compartiendo nuestras vidas… o para los demás. Me molesta que haya personas que destruyen los hormigueros. Porque pienso en que a mí no me gustaría que alguien llegue y destruya mi casa. Y si alguien lo hace buscaría que esa persona lo pagara. Pero las hormigas no persiguen a nadie… ellas siguen trabajando, como si no supieran hacer otra cosa. Y reconstruyen el hormiguero, el que de todos modos no fue destruido por completo porque un hormiguero es enorme. No es que haya visto uno. Cuando era pequeño quería una granja de hormigas, pero siempre me imaginaba un terremoto o algún primo que llega y lo tira y pensaba en mi cuarto lleno de hormigas que no me reconocen y me pican. Así que nunca la compré. Además pensé que en mi casa me dirían que no, diciéndome que un primo o un terremoto… y yo no podría decir “sí ya lo pensé” porque me dirían “si ya lo pensaste para qué nos lo pides”. Eso me pasaba mucho. Yo solito me daba cuenta de lo que me iban a decir, pedía las cosas, me daban las razones que ya había concluido yo solo y para no sentirme tonto les decía que ya lo había pensado… El punto es que a veces paso mucho tiempo reflexionando cosas que para mí tienen importancia, porque justo en ese momento las comprendí o porque siempre han sido relevantes… y siento que a nadie más le importará. Y eso es feo. Porque entonces siempre habrá una parte de mí que esté sola. (Pausa larga.) ¿Sí sabes de qué hablo?
RICARDO: Las hormigas no pican. No son abejas.
MIGUEL: (Completamente metido en sus pensamientos.) No pican… pero cómo trabajan. (Oscuro.)

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