Sunday, June 28, 2009

Cartas de Ariel a Emilio

24 de noviembre de 2007
Emilio
Pero no aprendo. ¿Te acuerdas que hace mucho tiempo tiré mi credencial de blockbuster? Cuando me hicieron un cargo exagerado por una película que se me olvidó entregar y blah blah blah y me dije “No se vuelve a rentar jamás”. Desde entonces, si tengo ganas de ver una película pues la compro y ya está. Pues hace como dos meses me llamó alguien Augusto Gavilán, de una tienda de videos para decirme que un amigo les había dado mis datos, de esas veces que te preguntan si sabes de alguien a quien le pueda interesar la promoción o el servicio y dices Claro, Ariel, porque él siempre compra tonterías. Bueno, pues así. La cosa es que le dije que por ahora no me interesaba ser socio, pero que tal vez sí compraría una que otra película de vez en cuando y que sí me gustaría saber de promociones y descuentos. Pero nada de contratos ni esas cosas. No compromiso. Porque ya sabes cómo me pongo de paranoico con esas cosas y mejor no. Pero Augusto fue muy insistente Yo le recomiendo que lo piense bien, justo ahora estamos manejando un precio especial en rentas para los que acepten antes del 5 de octubre, y se les mantendrá ese precio durante un año. Y yo me dije Ariel ya te ha pasado que compras películas horrendas y luego ya no sabes qué hacer con ellas. Como me pasó con Perdidos en Tokio y Shortbus, que de haberlas visto antes, no las hubiese comprado jamás. Me daré una vuelta en la semana, muchas gracias por llamar. Pero se me olvidó y no fui. Pues el sábado me volvió a llamar para ver si seguía interesado y decir que la promoción terminaba el 5 de octubre. Total que fui el martes. Me enseñaron el lugar, me presentaron a todas las personas que trabajaban ahí, como si eso fuese súper necesario para decidirme a ser socio o no. Y luego me hablaron de descuentos especiales y preventas y cosas que yo nomás no me creía y luego pensé en la planilla de cupones de pizzas que compré el otro día y en cómo se quedó pegaba en el refrigerador casi completa y me dije Ariel basta, esos cupones se quedaron ahí porque no lo usas, aunque ni modo que comieras todos los días pizza, pero película sí ves y no pasará nada, porque además no tienes que pagar… y después de un rato de conversar solo les dije que sí. Ese día saqué Leyendas de pasión, que todo el mundo me hablaba de ella pero yo nomás no quería comprar, Congo, porque la vi muy abandonada y pensé que a estas alturas nadie más la rentaría y bueno, no es el punto. Todo fue maravilloso durante 3 semanas. Volví a ver películas que se me habían perdido y que no pensé que valiera la pena volver a comprar, como la de Quédate a mi lado que se quedó tu prima y me daba un coraje que me dijera que no la tenía ella. Como sea, un día fui y Augusto estaba en la caja y me dijo que le daba mucha pena pero que había un problema con mi membrecía Nos da mucha pena, pero hubo un error a la hora de registrar a las personas y al parecer registramos gente de más. No entiendo. Sí, lo que pasa es que la promoción era para cierto límite de personas y al parecer tu membrecía no se registró correctamente y cuando quisimos corregir el error ya no nos lo permitió el sistema. ¿Pero entonces cómo es que he estado rentando todo este tiempo? No le entendí muy bien a la explicación que me dio. Me dijo algo como Es una pena porque eres de nuestros mejores clientes, vienes muy seguido y siempre entregas las películas a tiempo, de hecho hay personas que sí fueron registradas correctamente que a veces tienen retardos para entregar o a veces hasta en mal estado. ¿O sea que hay que ser mal socio para que me respeten mi lugar? Te pido una disculpa a nombre de la empresa y te invito a que sigas comprando con nosotros. No me quedó más que irme de ahí. Augusto me extendió la mano pero me dije Ariel, ten dignidad. Y lo dejé con la mano estirada. A la fecha me siguen llegando correos con promociones con frases idiotas como Ven a comprar películas como loco. Llora como Magdalena con los nuevos títulos de drama. Pásatela como enano este fin de semana. Sí, ya sé, ya sé que yo al principio sólo estaba interesado en comprar, pero después de convencerme a ser socio, para luego decirme que siempre no y decirme que puedo comprar… ya ni ganas me dan.

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