Thursday, February 05, 2009

Cartas de Ariel a Emilio


3 de diciembre de 2007

Emilio.
Pues total que sólo perdí el tiempo. Vengo llegando de la audición que te conté. Bueno, de la que escribí en la carta pasada y algo me dice que no triunfé. Estoy en casa y los vecinos no se callan. Gritan y me da miedo que alguien salga lastimado. En realidad no me da miedo, me da un poco de pereza tener que ir a declarar y decir: sí yo los escuchaba día y noche. Y sonreír cuando me pregunten: ¿Y cómo los aguantaba? Y encogerme de hombros para decir: pues así, un día a la vez. Y tampoco quiero salir a decirles que se callen porque ya me veo gritando con ellos Ya es suficiente, por el amor de Dios. Entonces vendría la vecina de abajo a gritar también y yo tendría que decirle Usted cállese señora y saque la basura porque el pasillo ya huele muy mal y ella me dirá Yo saco la basura cuando yo quiera y luego los vecinos nos dirán Váyanse a pelear a sus casas y déjenos pelear en la nuestra. Finalmente llamarían o llamaría o llamaríamos al administrador para decir que ya no nos aguantamos y él nos diría No tengo tiempo para sus tonterías porque mi hija se embarazó y no sé en dónde está porque se fue de la casa. Se haría un silencio incómodo hasta que el celular de alguien suene o uno de nosotros dijera Qué coraje ser abuelo y no conocer a tu nieto. Así que mejor no salgo y te cuento cómo me fue en la audición, la cual yo creo que fue un fracaso. ¿Sabes qué? Luego te cuento porque tengo cita con el dentista y se me hace tarde. No sé para qué te aviso, podría ir al dentista y retomar la carta en donde la dejé y no te darías cuenta. Pero seguro llegaré con ganas de escribir sobre lo que pasó y ni modo que de la nada escriba: Adivina lo que me pasó con el dentista. Por cierto, te aviso que si no contestas mi carta me hago amigo de alguien más, al fin que a ti no te pasan cosas divertidas y tu cartas a veces me aburren mucho, entonces termino inventando historias por ti, para creer que tengo amigos con vidas interesantes. Como esa carta tuya del viaje a Japón, que en realidad hablaba sobre tu aburridísimo corte de pelo, pero yo me imaginé que habías ido a Japón. En primer lugar porque siempre has querido viajar a Japón… o China, es igual, la gente es idéntica. Me pregunto si ellos nos verán igual. He pensado en preguntarle a la mesera de Ita-sushi si nos ve iguales a todos los clientes y si es el caso cómo le hace para saber quién pidió qué. Pero apenas me pienso ahí comienzo a desesperarme con su acento y su mal español y cambio de idea sobre hablar con ella. Sería inútil. Oiga señorita quiero preguntarle algo. ¿Algo de tomar? NO, a usted. ¿El menú? Quiero preguntarle si nos ve iguales a todos. ¿Arroz? Bueno, tal vez un plato pequeño, sí, con verdura. ¿Algo de tomar? Y terminaría pidiendo algo de comer y no era el caso, yo quería platicar. Por eso no voy. Yo creo que ya no me da tiempo de llegar al dentista. Llamaré. Ya no llamé y no llamaré. No tiene caso, me va a decir que soy un descortés por cancelar a última hora. Le voy a decir que tengo una emergencia. Él no me va a creer. Yo le diré que no me importa que no me crea, que mi vecino golpeó a su mujer y tengo que ir a declarar y colgaré el teléfono. Tendría entonces que cambiar de dentista. Ya sé, llamo mañana y digo que la hija del vecino se escapó de su casa y se nos fue el tiempo buscándola. Mejor te cuento de mi audición. Deja busco más papel porque ya casi no tengo espacio. Bueno, no encontré más hojas así que tendré que contarte después. Pero ya verás que me fue mal. Me contestas. Y no me llames por tel. porque no lo he pagado y no lo voy a pagar, me pelee con ellos y ya luego te cuento.
Ariel Suárez.

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