Tuesday, February 17, 2009

Cartas de Ariel a Emilio


28 de diciembre de 2007
Emilio:
Pues ya llamé al número de los llaveros. Pensé que llamarías mientras yo estaba con mi hermana pero creo que te costaba mucho o no sé, pero bueno no es reclamo. Además mejor así porque no sabes lo que pasó. Me dijeron que se iban a tardar una semana más en entregarlos. ¿Una semana? Sí, es que tuvimos un problema con una de las tintas y vamos a tener que volver a hacer la mitad. Pero es que a mí me urgen, yo tengo una fecha de entrega. Sabemos que esto puede causarle problemas y por lo mismo permítanos hacerle un descuento por la demora. ¿Un descuento de cuánto? Ya me estoy extendiendo y este no era el chisme. Bueno, acepté el descuento. Entonces llamé a Marco para preguntarle si habría problema porque ellos los querían tener para la primera semana de enero. No me contestó así que llamé a su oficina. Con el Licenciado Fernández, Marco Antonio Fernández por favor. Me preguntaron que por qué motivo. Negocio. Iba a decir Personal, pero luego pensé que se podía mal interpretar y entonces dije Negocio, el licenciado Marco Antonio me llamó hace unos días y le estoy regresando la llamada. Si gusta lo puedo comunicar con la licenciada López, el licenciado Fernández ya no trabaja con nosotros. ¿Perdón? Sí, el licenciado Fernández ya no pertenece a la empresa, sus pendientes los está llevando, por el momento, la licenciada López. Pensé en preguntarle ¿Por qué lo corrieron? O ¿Está seguro que el licenciado Fernández? Sí. ¿Delgado, de estatura media, moreno, pero no se lo diga porque se enoja, con acento como de Veracruz? Sí. Pues qué raro, no me ha dicho nada, ¿lo corrieron hoy? Si usted lo conoce ¿porqué no le llama y le pregunta? Y me iba a colgar, así que antes de decirnos todo eso y de que me dejara hablando solo le dije Creo que se va a cortar, estoy en un. Y colgué.
Entonces le hablé a Marco de nuevo e insistí, hasta que me contestó. ¿Dónde estás? En la oficina súper apurado. A ver, te marco a la oficina entonces. No, no, no, voy de salida. ¿Te paso a ver al rato? ¿Aquí a la oficina? Ajá. No, nos vemos más noche, tengo que llevar a arreglar el carro, ves que ha estado fallando. Yo no me acuerdo que haya estado fallando pero le dije Ah, ok. Y ya no supe qué más decir. Ni modo que le preguntara ¿Oye te corrieron? ¿por qué no me habías contado? me cuentas todo lo que haces en el día, menos la parte en la que te despiden. Así que le dije Bueno, está bien, nos vemos más noche, qué coraje que estés ocupado pero hay que agradecer que tienes trabajo ¿no? Como para que no pensara que yo ya sabía algo. Pero después sentí feo. Y Pues ahora no sé qué hacer. Al rato que lo vea y me empiece a contar sobre su día no me voy a aguantar las ganas de decirle que es un mentiroso. Ya sé, voy a llamar otra vez y voy a decir que soy de una agencia de empleos y que quiero hacer unas preguntas acerca de una persona que trabajaba ahí, que quién me puede informar.
Me acaba de hablar Nayelli para preguntarme si sabía algo de Marco. ¿Algo de qué… tú qué sabes? Es que vengo de su oficina, no le vayas a decir a nadie. Obvio no. Fui a entregar el reporte que hice de clima laboral y me dijeron que ya no trabajaba ahí, le di el reporte a una licenciada que parecía de 13 años y. ¿Qué reporte? Uno que hice para una clase, Marco me dio chance de hacerlo en su oficina. ¿En serio? Ajá. No me dijo nada y ¿entraste a su oficina, cómo es? No, no entré, nunca. Yo tampoco. Qué raro, bueno, te decía que yo creo, no le vayas a decir a nadie por favor, que lo corrieron por fraude. Pues yo ya sabía que lo habían despedido. ¿Cómo? Pues no sé, no me ha dicho cómo. ¿Cómo te enteraste? Ven a comer a la casa y te cuento. Voy para allá. Así que ahora tengo que hacer algo de comer, o pedir algo y como no sé cuánto se tarde en llegar mejor me apuro. Ojalá traiga una botella de tequila de las de su papá.
Ariel Suárez

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